¡Qué difícil momento! Nos encanta verle ilusionado y nos da miedo que la pierda al saber la verdad. Cuándo es el momento adecuado para conocerla depende de su ritmo de aprendizaje y maduración y varía en función de cada niño. Normalmente, entre los 7 y 9 años ya está preparado para conocer la verdad sobre los Reyes Magos.
A continuación, te mostramos algunas claves para hacer más fácil ese momento:
- Si te pregunta, trata de sacarle información para saber cuánto sabe y si crees que ya ha llegado el momento de contarle la verdad. Pero espera que el niño tome la iniciativa y te pregunte, no te adelantes.
- Si te plantea claras dudas, no le mientas. Es genial mantenerle ilusionado pero si te pregunta y le mientes se sentirá frustrado y engañado. Además puede llegar a pensar que le mientes en otras cosas y sentirá desconfianza.
- Explícaselo con un lenguaje que entienda. Puedes ayudarte de la fantasía si aún crees que es muy pequeño (si está entre los 6-7 años). Y más adelante, le puedes explicar que simplemente lo que le contaste sobre la verdad era un cuento para que lo entendiera mejor en ese momento.
- Probablemente, como consecuencia, sus dudas sobre otros personajes de la infancia se despertarán y puede que te pregunte por el Ratoncito Pérez, Papá Noel… incluso sobre religión.
¿Cuál será su reacción?
Pueden ser muy variadas; Unos niños lo aceptan, otros no se lo creen, otros están simplemente desconcertados y necesitarán un tiempo para asimilarlo y aceptarlo… Les surgirán miles de dudas que deben ser contestadas con naturalidad y sencillez. Los reyes magos son una de las piezas clave en la Navidad de los niños, y al conocer la realidad tendrán que asumir una nueva visión sobre la Navidad. Probablemente para muchos será su primera frustración, pero al mismo tiempo el vacío que les queda se llena con la sensación de hacerse mayor. Además, si tienen hermanos más pequeños, se sentirán muy orgullosos de conocer un gran secreto exclusivamente para mayores.
Por lo tanto, cuando esta duda surge en los peques, lo más importante es que no pierdan la confianza en sus padres y no se vea afectada su autoestima, por haber creído en una fantasía tanto tiempo.