El vínculo que el bebé tiene con sus padres es muy fuerte, pero ¿cuándo empieza a relacionarse con otras personas? A menudo se tiene la idea equivocada de que durante los primeros meses, el bebé no tiene la capacidad de establecer relaciones con otras personas. Sin embargo, los expertos recomiendan el contacto precoz de los pequeños con otras personas externas a su familia porque son la clave para una futura capacidad de relacionarse con lo demás. De ahí la ventajas de los espacios de juego y las guarderías infantiles, donde los niños y niñas pueden conocerse, aprenden valores como compartir o respetar a los demás y las madres comparten experiencias.
Desde una perspectiva social, los niños y niñas progresa de la siguiente manera:
De 0 a 3 meses
En este período el vínculo más importante es con la mamá y su forma de comunicación está basado en llantos, pequeñas sonrisas, grititos, y movimientos de su cuerpo.
De 3 a 6 meses
En esta etapa empieza a reconocer a las personas más cercanas a su círculo (familiares). El bebé se percibe como un individuo indivisible a la madre y se va dando cuenta poco a poco que su madre es un ser independiente a él, por lo que empieza a crearle ansiedad alejarse de ella. Esta sensación le puede durar hasta los dos años o incluso más. Por ello, es importante que los padres acostumbren paulatinamente al niño a relacionarse con los demás.
De 9 a 12 meses
Es el momento de empezar a gatear. Aquí ya es consciente de su propia autonomía y es el niño el que toma la iniciativa de alejarse de su mamá. También pueden empezar a surgir sus primeras disputas y desacuerdos con otros.
De 18 a 24 meses
Aquí ya es consciente de sí mismo, reconoce su propia imagen y muestra empatía por los demás.
De 2 a 3 años
El niño en esta etapa evoluciona muchísimo en cuanto a socialización. Empieza a implicarse con otros niños para jugar, comparte con ellos sus juguetes y al mismo tiempo defiende lo que es suyo y sus espacios, incluso con riñas.
Por lo tanto, es aconsejable que se relacione con otros individuos desde pequeños y fomentemos su relación con otros niños a través de espacios de juego y guarderías. Durante su crecimiento, esto le ayudará a responder mejor ante situaciones sociales y el niño tendrá mayores capacidades para empatizar, divertirse y forjar amistades duraderas.